Aquel año se presentaba al Gobierno el primer Manifiesto de Transformación Digital. En medio de los discursos, algo se agitó en mí. Una pregunta irrumpió como un relámpago en mi mente:

“Se transforman procesos, productos, servicios, modelos de negocio y se digitalizan industrias… ¿pero quién innova al que innova?”

Ahí lo vi claro. Llevaba años sentado sobre un tesoro sin abrir: la comunicación. La herramienta más poderosa y subestimada del liderazgo, la transformación y la cultura organizacional. Y entonces nació una convicción que me atraviesa hasta hoy:

“Cuando cambiamos la manera de comunicar, innovamos lo que somos.”

Decidí entonces dejar el periodismo tradicional y empezar a escribir una nueva historia: la historia de la Innovación Humana, esa que no comienza con una máquina, sino con una conversación. Que no parte de un algoritmo, sino de una conexión profunda con el propósito.

Fundé el Innovation Human Center – IHC, no como una empresa, sino como un movimiento. Una declaración de principios: que las empresas no cambian… cambian las personas. Y cuando las personas evolucionan, lo demás se transforma.

Creé la metodología PERCI, una brújula para identificar dónde está fracturada la comunicación en equipos y culturas. Y, sobre todo, para saber dónde intervenir, cómo provocar y con qué herramientas ayudar a que el cambio emerja desde adentro.

Hoy acompaño a líderes, equipos y organizaciones a volver a mirarse con verdad. A reprogramar su mente, alinear su visión y convertir sus historias en legado.

Porque comunicar no es solo hablar. Es resonar, transformar, crear futuro.

Por ello en el IHC Innovamos Personas, Potenciamos Equipos.